¿El Budo es para todo el mundo?

¿El budo es para todos? No lo sé. Algunos de los grandes proselitistas del budo ciertamente parecían pensar que sí. Kano Jigoro trabajó duro para que su Kodokan Judo se incluyera en el plan de estudios educativo nacional de Japón y envió profesores a todo el mundo para popularizarlo. Funakoshi Gichin llevó el Ryukyu Te a las principales islas de Japón y creó el karatedo moderno. Ueshiba Morihei quería difundir su arte de la paz por todo el mundo y enviaba profesores a donde había interés. El Kendo tiene un campeonato mundial regular…

¿Entonces el budo es para todo el mundo? ¿Debería serlo? Tanto yo como muchos otros hemos escrito muchísimo sobre los beneficios del entrenamiento de artes marciales y a menudo sugiero que algún tipo de entrenamiento de artes marciales sería bueno para casi todo el mundo. Además de las artes anteriores, existen innumerables escuelas de artes marciales comerciales que se basan en la premisa de que todos pueden y deben practicar artes marciales. Yo empecé en un club de Judo Kodokan en la universidad. Nunca pensamos que el judo no fuese para todos.

Después de algunas décadas de práctica, además de haberme encontrado con muchas otras formas de budo empecé a preguntarme acerca de esta suposición. Claramente, el budo clásico no era para todo el mundo. Muchas ryuha (escuelas tradicionales de budo) tenían requisitos tales como que los aspirantes a estudiantes debían aportar algún tipo de recomendación de otro maestro o persona importante, y luego, si el maestro los aceptaba, aún tenían que demostrar su valía. Los estudiantes que no podían seguir las reglas o que no encajaban en la cultura del budo en particular eran expulsados. Los estudiantes a menudo tenían que firmar una promesa -a veces con su propia sangre- llamada keppan, prometiendo seguir las reglas de la escuela (ver artículo sobre el keppan). Estas artes tenían, y todavía tienen, una suposición innata de que no son para cualquiera que se acerque al dojo con el dinero de la matrícula en la mano.

Las ryuha clásicas existen por sí mismas. Algunas eran otome ryu, escuelas que estaban adscritas oficialmente a los daimyo locales y vinculadas a la escena política, pero la mayoría no estaban vinculadas oficialmente con ninguna organización política y florecieron o perecieron por sus propios méritos y por la capacidad de los maestros para atraer suficientes estudiantes. El Bugei Ryuha Daijiten enumera miles de ryuha individuales que existieron durante siglos en Japón. La mayoría no sobrevivió mucho tiempo. Los que han sobrevivido más tiempo son famosos hoy en día: Kashima Shinto Ryu, Katori Shinto Ryu, Kashima Shinryu, Maniwa Nen Ryu.. etc.

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También son famosos por su exigencia a la hora de aceptar nuevos estudiantes. Sus fundadores y miembros nunca soñaron con que estas artes fuesen para todos. Todo lo contrario. Estas artes son tesoros que hay que guardar celosamente y no compartir con nadie. Hasta el final del Shogunato Tokugawa en 1868, las habilidades marciales de una persona podían aprovecharse en duelos y peleas. Para las clases samuráis, esto era una cuestión de honor y legitimidad. Con la posibilidad muy real de que tuvieran que usar lo que les enseñó su ryuha, se volvió vital que no todo el mundo conociera sus secretos. Un samurái podría haber tenido que confiar en esos secretos para sobrevivir.

El tema del keppan es un asunto serio. Un estudiante potencial está jurando lealtad a una organización social basada en una práctica muy seria y potencialmente mortal. Aunque los keppan ya no son necesarios para la mayoría de los koryu (escuela antigua), un miembro potencial todavía tiene que respetar las tradiciones y las normas sociales de un grupo especializado. La organización no existe para su beneficio o el beneficio de ningún estudiante o maestro. El ryuha es un conjunto de conocimientos, comportamientos y habilidades. Estos son tesoros raros y terribles, y su existencia no requiere de ti. Los profesores tienen la responsabilidad de decidir a quién enseñan y a quién no. No es probable que te acepten como estudiante debido a lo que el arte pueda hacer por ti. Si te aceptan, será para averiguar si vale la pena compartir contigo los tesoros del ryu. Esto puede llevar mucho tiempo. Conocí a uno de mis maestros durante 20 años antes de que él decidiera que valía la pena enseñarme y confiarme todo el conocimiento del ryuha.

Por mucho que artes como el judo, el kendo, el karate o el aikido asuman que están destinadas a todo el mundo, las artes clásicas comienzan con la certeza de que no lo son. En una era de armas de fuego, y con clases de CQC (combate en espacios cerrados, más conocido por sus siglas en inglés close quarters combat) disponibles en todas las ciudades, puede parecer extraño que los secretos de un arte que tiene cientos de años deban mantenerse en secreto. Después de todo, ¿qué tipo de secreto puede tener cualquiera de estos ryuha que sean tan preciosos que deban ser guardados celosamente? Seré el primero en admitir que lo que contienen no son métodos de lucha exclusivamente secretos. Cada ryuha tiene su forma particular de hacer las cosas, pero las técnicas no son el secreto.

El ryuha en su conjunto es el secreto. La cantidad de formas en que puedes proyectar a una persona, aplicar una luxación o blandir una espada es bastante limitada, y todas las técnicas posibles son conocidas. Hay una gran variedad de lugares para aprender golpes, luxaciones, proyecciones o manejo de armas. El entrenamiento en un ryuha te enseña cómo organizar tu cuerpo y tu mente para ser efectivo en cualquier condición.

Esa organización mente-cuerpo es lo que enseña un ryuha clásico. Cada ryuha es una forma de entrenar y moldear cuerpos y mentes. El tesoro secreto de cualquier ryuha es el tipo de persona que crea. ¿Cómo organizas tu cuerpo? ¿Cómo piensas y actúas bajo estrés? ¿Cómo reacciona tu cuerpo? Estos son los secretos de un ryuha clásico. Los ryuha clásicos se organizan en torno a la práctica de katas, no de movimientos o técnicas individuales. Es todo el kata lo que enseña tanto el movimiento como la quietud. El cuerpo / mente entrenado del practicante es la meta y el tesoro. ¿Cómo te mueves, respondes y te adelantas? De eso tratan todos esos katas. No son técnicas simples, sino la fusión de una sola unidad cuerpo / mente. Aquí no hay el dualismo occidental entre la mente y el cuerpo.

¿Es esto para todo el mundo? He llegado a la conclusión de que el entrenamiento de budo no es para todo el mundo. Las enseñanzas de un ryuha clásico de budo son efectivas y los estudiantes deben tener la madurez y la discreción para saber cuándo usarlas y cuándo no. He conocido a muchas personas de mediana edad o mayores, pero con la madurez de un adolescente. Como profesor de un ryuha clásico, es mi responsabilidad no poner los tesoros del ryu en manos de nadie que los use mal o abuse de ellos. A menudo escuchamos sobre lo que la gente se merece. No hay ningún mandato de que alguien merezca aprender un koryu bugei ryuha. Incluso en el siglo XXI, estas artes son preciosas y deben tratarse como tales.

Artículo original de Peter Boylan, publicado en su blog The Budo Bum. Traducido al español por Dani Esteban -Kôryu- y re-publicado aquí con su permiso. Enlace al original aquí

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